R
rss
Invitad@
¿Llega el fin de semana y no sabes que hacer? ¿Os juntáis un grupo de amigos y ya estáis cansados de darle a la play y os apetece algo diferente? Aquí va mi recomendación. Probad un buen juego de mesa. Poco a poco este modo de entretenimiento esta ganando más adeptos, y eso se refleja en que cada vez hay en el mercado más y mejores juegos a nuestra disposición. Hoy analizaremos uno de ellos, el no muy conocido Taberna.
Su nombre ya nos da la pista de que va el juego. En Taberna debemos tomar el papel de inversores en una ciudad medieval-fantástica e intentar ser el que más destaque en las fiestas reales. Como se intuye, es un juego competitivo de estrategia, en el que, invirtiendo en las diferentes tabernas de la ciudad, y posteriormente, alojando de forma correcta a nuestros clientes, debemos obtener el máximo de beneficio y prestigio entre las diferentes razas. Pero esto es un resumen muy somero de lo que el juego ofrece.
En un primer vistazo Taberna destaca en dos aspectos, uno positivo y otro negativo. En primer lugar, el juego es visualmente precioso, con ilustraciones muy logradas y coloridas. Todos los componentes, tablero, cartas y tokens están realizados con muy buen gusto y además con mucha calidad. El lado negativo son las reglas. Aunque el manual sean escasamente de cuatro hojas, y en si la mecánica no es difícil de aprender, no ofrece nada de trasfondo ni enseña realmente de que va el juego. El reglamento se limita a exponer únicamente las reglas con una breve introducción de un parrafo. Y aunque esto parezca lo lógico es un error. Me explico, deja toda la carga de la personalización del juego en los jugadores. No mete a los jugadores en una trama de compra y venta de acciones en una gran ciudad de fantasía. En juegos como Zombicide, el trasfondo es implícito, a nadie hay que explicarle que va a tomar el papel de un superviviente dispuesto a masacrar cientos de zombis para ganar.
Antecedentes en forma de libros, películas y comics de zombis ponen al jugador en su lugar de forma automática. Pero Taberna no lo tiene tan fácil y no hace nada por solucionarlo. Lo que podría ser, por poner un ejemplo, una aguda competición por la fama entre burgueses en Minas Tirith en las fiestas de la coronación de Aragorn, se queda en un simple intercambio de cartas y monedas. Tampoco se explica la estrategia, y las primeras partidas los jugadores no sabrán muy bien que deben hacer para ganar. Porque aunque las reglas son sencillas, no son intuitivas, y perderemos algún tiempo en aprender realmente como va Taverna.
Pero dejemos que sea la vista la que nos seduzca para darle unas cuantas partidas, y, antes de darnos cuenta, sabremos lo que queremos hacer, y lo que es más importante, que es lo que quieren hacer nuestros adversarios. Lo que nos llevará a un constante tira y afloja por ser mejores en lo nuestro y que los demás fallen en lo suyo. Añade un poco de imaginación para ver en el tablero las fiestas del rey en su apogeo y ya te estarás divirtiendo.
Entremos un poco en detalle. El juego es de 3 a 5 jugadores. Hay reglas para jugar solo 2, pero pierde algo de gracia. La duración de la partida dependerá del número de jugadores, pero, aunque el propio juego nos indica entre 60 y 90 minutos, realmente una vez todo el mundo sepa jugar el tiempo se acorta bastante. La partida consta de dos fases. La primera es de preparación, se sacarán los cuatro primeros clientes del mazo, se repartirá a los jugadores el dinero y los hechizos iniciales, y estos tendrán que comprar sus primeras dos escrituras en las tabernas disponibles. Esta es la primera decisión importante. Las escrituras más caras dan más puntos de victoria y son de posadas más grandes (por lo que caben más clientes), pero al tener menos dinero en los primeros turnos tendrás menos posibilidades de acción, ya que toda acción lleva asociado un precio que hay que pagar. También hay que tener en cuenta la disposición de los dignatarios, los invitados más importantes de las fiestas. Se reparten aleatoriamente por las tabernas y querrás tener acceso a ellos para poder ganar.
La partida en si comienza en la segunda fase, dividida en seis turnos. En cada turno, por orden, cada jugador elegirá a uno de los clientes disponibles, lo llevará a una taberna, proporcionando a los propietarios algo de dinero (por lo que interesa alojarlo en una propia), además si el asiento es propicio para la raza del cliente (según un sencillo código de colores) el jugador ganará un punto de influencia para dicha raza. Por último, si la posada se adecua a los gustos del cliente se obtendrá un beneficio extra. Los clientes juerguistas dan dinero extra, los eruditos acceso a nuevos conjuros, los artistas la posibilidad de acceder a cualquier dignatario. Anotado todo lo que el jugador haya podido conseguir al ubicar al cliente, antes de ceder el turno, podrá usar uno de los dignatarios que se encuentre en la taberna que uso. Lo desplazará a otra ubicación, para representar el paseo por las calles de la ciudad mientras le hacemos la pelota, y tras pagar el coste oportuno (los gustos de las gente importante no son baratos), obtendremos el beneficio correspondiente.
Resumiendo tenemos a: la princesa, que nos reportara favores reales; el notario, que nos permitirá comprar nuevas participaciones en posadas; la embajadora, que nos subirá la influencia con alguna raza; y el “Goblintrotter”, que mejorará las posadas y nos dará puntos de victoria directos. También hay que saber que, en cualquier momento de su turno el jugador pondrá jugar, si los tiene, favores reales (obtenidos de la princesa) y un hechizo. Los efectos de ambos son muy variados y dan un toque estratégico a cada turno.
Bien, y tras este resumen, ¿Quién gana?. Pues no hay una única manera de alzarse con la victoria, y esto es lo que dota de más gracia al juego. Al final de la sexta ronda, hay que contabilizar los puntos de victoria. Cada jugador ya tendrá un número variable de ellos conseguidos en la partida (por usar al Goblintrotter, por comprar más participaciones, por hechizos etc), pero hay que sumar dos últimas tandas.
La primera va en función de una faceta a elegir. Digamos que seria el prestigio que nos proporcionaría alguien importante de la ciudad por caerle bien debido a nuestros actos en la partida. Así tenemos al archimago, que nos puntuará según el número de hechizos lanzados, la reina, según el número de favores reales acumulados, el rey que nos da un valor fijo de puntos y nos mejora la influencia con las razas, el Maestro de la moneda según el dinero que tengamos y el Archiduque según las escrituras que poseas. La gracia está en que cada dignatario solo puede ser elegido por un jugador. Por lo que si ves que alguien está llevando la partida por el mismo palo que tú, tendrás que puntuar antes para arrebatárselo.
Lo segundo que nos dará puntos será la influencia con las razas, dependiendo de lo que la hayamos subidos nos sumará más o menos (o incluso nos restará si hemos subida nada). Al fin de cuenta si queremos ser famosos en la ciudad es la opinión del populacho la que importa. Así que cada jugador suma los puntos obtenidos y el que más tenga, se alzará con el título de mejor comerciante de las fiestas.
Este es el resumen de Taberna. Nos hemos dejado algunos detalles en el tintero, pero nada importante que te impida llevarte una completa impresión inicial. Y ¿Por qué no? Quizá ahora te decidas a darle una oportunidad a un juego diferente y rápido como este.
*Una REVIEW de la Cazadora: Rita Carro Cárdenas. Muchas gracias!
Si tú también quieres compartir tu sabiduria o experiencia con algún producto en particular, puedes hacerlo a través de nuestro correo electrónico: cazandochollos@savings-united.com, estaremos encantados de leerte!
La entrada ¡REVIEW TABERNA! Te contamos sobre este juego de mesa… aparece primero en Cazando Chollos.
Continuar leyendo...